Prescindo del encabezamiento que a usted le corresponde por razón de su cargo y paso directamente al objeto de este escrito. Usted es un impresentable en toda la regla tras las declaraciones hechas con motivo del traslado de los bienes del Monasterio de Sijena., y lo es por partida doble: como impropio delegado de cultura de la Generalitat de Catalunya y como persona. Amenazar a la salud de las personas es más que torticero, es delictivo. Desde estas líneas le voy a resumir que supone lo que ha dicho.
Como médico que ha ejercido durante treinta años en el hospital de Barbastro siento repugnancia por su matonismo. Verá, en ese dilatado período de tiempo hemos asistido a innumerables personas de Cataluña que por enfermedad o accidente han llegado a nuestro hospital, siempre con la máxima disposición y dedicación puesto que en el código ético de todo profesional sanitario lo que preside es atender al paciente por encima de todo. Nunca se ha hecho distingo alguno por el origen y procedencia de los mismos. Nunca se han escatimado medios. Siempre se les ha tratado de forma correcta e igualitaria con respecto a los ciudadanos adscritos al area sanitaria del hospital que, como sabrá, corresponde a la mitad oriental de la provincia de Huesca. Por contra, y de manera fehaciente, he recibido testimonio de bastantes aragoneses que desplazados circunstancialmente a Catalunya han sido "despejados" de Centros de salud y hospitales catalanes en virtud de un insolidario sistema administrativo establecido. Aquí estamos ante una asimetría de trato más que evidente, por supuesto inaceptable y perversa.
Amenazar es algo execrable y negar asistencia todo un delito, pero viniendo de un individuo supremacista y chulesco ya no resulta tan extraño. Debería saber que por encima de los conflictos políticos están las personas, los seres humanos, máxime en situación de enfermedad y creo, sinceramente, que usted en su patológico delirio ideológico no solo les obvia sino que les pisotea sus derechos humanos. Es una actitud vandálica muy propia de alguien sin entrañas inmerso en el odio.
Como mínimo debe usted pedir disculpas y rectificar. No tiene sentido que una discrepancia en torno a una sentencia judicial sobre unos bienes culturales le aboquen a tamaña insensatez, no es ni lógico ni cabal. Las personas que llevan nimiedades a extremos peligrosos, como usted, que ponen en riesgo la salud de los demás, no merecen ningún respeto.
Para terminar le recuerdo que la "generosidad" de la que habla se llama fondo de compensación interterritorial sanitario, amen de los gastos paralelos que todo proceso de enfermedad conlleva y que recaen en beneficio de la ciudad de Lérida.
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