Adenoma paratiroideo inferior derecho. A mitad del siglo XIX Richard Owen, en Londres, disecó un rinoceronte que había muerto por el ataque de una pantera en el Zoológico. Describió unas glándulas adosadas al tiroides sin conocer el significado fisiológico de las mismas. Treinta años despues, Ivar Viktor Sandström, estudiante de Medicina sueco, las halló en cadáveres humanos y comenzó a intuir su importancia. Sandström nunca leyó la publicación de Owen, fue un descubrimiento "de novo". Desgraciadamente Sandström se suicidó a los 37 años y su artículo apenas tuvo difusión. Fue Félix Mandl, en Viena, quien operó por vez primera a un paciente de hiperparatoroidismo primario con graves lesiones óseas en 1925. La hiperfunción de estas glándulas crean un serio problema en el metabolismo del calcio que puede llegar a causar hasta la muerte del paciente. Hoy en día se conoce bien esta alteración pero no se reconocen todos los casos existentes en la población, prevalencia entre 30-50 casos por 100.000 habitantes y por año.
Cuando opero pacientes con hiperparatiroidismo rememoro la historia
y reflexiono acerca del esfuerzo de quienes, perdidos casi en el olvido, han aportado conocimientos importantes. Largo y difícil ha sido el camino, y siempre lo será para quienes se dedican, seriamente, a la ciencia.
(Foto personal de una extirpación de adenoma paratiroideo. Apreciese al fondo el nervio recurrente derecho, en el surco traqueoesofágico)
Efectivamente, muchos han sido los que han abierto camino en diferentes facetas de la vida, y su nombre no han tenido la resonancia que merecían. Del tema que escribes arriba no tengo conocimientos pero sí entiendo el interés que lleva.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por tu visita y comentario dejado en mi blog.
...siempre es bueno recordar los hombros sobre los que estamos parados, muy interesante el tema.
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