martes, 18 de abril de 2017

Regreso al Píngrato (III)



La draga se ha enganchado con los restos de un Dodge Dart que reposa en el limo del puerto. Son los restos de una tragedia acontecida en una exhibición casi suicida unos pocos años antes en la que  dos aguerridos  aceleran el vehiculo en una rampa y vuelan hasta caer en las aguas. Todo muy espectacular. Dos muertos, Esa misma tarde, tras el luctuoso hallazgo, subo en el ascensor de la casa de mi tía-abuela.

      - Buenas tardes -dirijo al vecino que toma conmigo el vetusto elevador.

El hombre va uniformado con charreteras y galones en la bocamanga, pero al estilo oficial, como un bedel o algo parecido, en 1973.

       - Buenas tardes -responde el hombre con voz recia y varonil- me llamo    Angel González            vecino del segundo segunda, excombatiente de la División Azul, para servirle.
        - Yo voy al primero segunda a casa de mis familiares, no vivo aquí.
        - Da igual, lo que necesite, quedo a su servicio, para servirle
,
El ascensor se detiene en el primero y yo desciendo apreciando un tufillo de Osborne en su aliento.
En casa de  mi tia-abuela. recabo información del susodicho.

         - Es un casquivano empedernido, borracho y putero.
         -Vaya. yo le he visto un cierto aire marcial.

El excombatiente tiene un gran amigo en la escalera que es asiduo de la bodega de Lucas Lopez, en la planta baja del edificio. Es Sebastian, alcoholizado hasta las cejas y expiloto de motociclismo de alta competición, en aquellos tiempos muy peor pagados que los actuales.. Una grave caída le dejó fuera  de los circuitos y desde el suceso se refugia , mañana tarde y noche en el coñac Tres Cepas con sifón (aproximademente dos litros al día). Angel le comprende y paga sus rondas con caridad cristiana. Pero no es en balde.

         - "Nen, pagam dugues rondes mes avans de pujar a casa" (nene, págame dos rondas mas antes de subir a casa). -exclama Sebastian en la banqueta de la bodega.
          - Imposible, amigo, es día 29 y solo me quedan los diez duros que me cuesta tirarme a tu mujer, como cada jueves. La semana que viene tendré liquidez, "tingues una mica de paciencia borratxí" ( ten un poco de paciencia borrachito).

Sebastian hace un ademán de puñetazo pero se cae del taburete al suelo, y los beodos circundantes lo ayudan. Angel sale del  local y toma el ascensor.

Se ha roto una "bella amistad", allá por julio de 1973.

Unos meses después Sebastián muere de cirrosis. Angel ya no tiene que pagar más rondas, solo diez duros los jueves. pero un año después se lo lleva un cáncer de estómago. C'est la vie.



domingo, 2 de abril de 2017

Pániker





En dos ocasiones escribí a Salvador Pániker sendas cartas acerca de dos de sus libros: Cuaderno Amarillo y Diario de otoño, y en ambas ocasiones me respondió aún siendo yo un anónimo lector entre miles y miles. A eso le llamo categoría personal, un punto más allá de la buena educación. Y no fueron cartas protocolizadas sino comentadas punto a punto. Lo más curioso es que, ayer mismo, mientras ordenaba un cajón de mi despacho aparecieron esas cartas y las releí, pocas horas antes de su muerte. Luego hay, todavía, quien niega la dimensión espiritual e intangible del ser humano.

Sus obras,o la mayoría, contienen "pensamiento" en estado vital por encima de filosofía y eso es precisamente lo que me identifica con él y lo que ha propiciado mi admiración. Su dinámica personal ha sido conjugar una existencia variopinta, y en ocasiones casi frenética, con un estado de reflexión permanente, bien fuera en sus correrías sensuales de la Barcelona de los años sesenta como en la ancianidad más admirable. No ha sido un arquetipo de nada porque, por desgracia, ese estado de inteligencia holística nunca ha abundado en nuestra sociedad, más bien ha sido excepcional y anecdótico. Lástima que sus correligionarios de aquella progresía del tardofranquismo se hayan reducido a meros oportunistas de la política o de los negocios, bazofia humana que aún colea en la fracturada realidad catalana. Solo él ha mantenido claras las ideas de una acción intrínsicamente positiva ante  las experiencias  personales y colectivas que nos retan  día a día..

También yo soy defensor de la eutanasia, no se si como  él lo fue exactamente o de manera más directa como médico que soy. También yo ando entre contradicciones espirituales. También yo creo en el "sexo" aderezado con inteligencia en todos los casos. También yo me rebelo contra cualquier forma de autoritarismo  esclavizante, pero acepto el cumplimiento de las órdenes bien dadas. También yo intuyo, aunque sin certeza, lo sobrenatural. También yo  le agradezco su literatura hiperrealista que censura y dignifica los errores sin mandarnos al infierno.

Salvador ha definido una fórmula de vida asequible  a cualquiera: encauzar las actividades propias hacia la búsqueda de la senda de la felicidad, un camino que nunca esta señalizado de antemano.

Un fuerte abrazo Pániker.