Está en el camino a mi trabajo, dos veces al día paso por allí. Sinceramente, no me sobrecoge. Desde que una mañana, hará un par de años, apareció la frase inscrita sobre la pared he hecho varias lecturas de su contenido lapidario. Al principio la percibí como irreverente, sin más. Más adelante como iconoclasta, subversiva, radical, alternativa, e incluso belicosa. El semblante de los autores me resulta estereotipado, sin detalles, pero bastante sencillo de imaginar. Jóvenes antisistema por efecto de su propia edad, de su circunstancia, de su desinserción social, pero nada revolucionarios, nada de nada. Los revolucionarios son otra cosa, son sobre todo eficientes en su ideal. Estos garabateadores de spray solo son entropía social. Entropía.
Los procesos termodinámicos lo rigen casi todo, o todo. Transferencia de energía para producir trabajo, como la máquina de vapor, como la mecánica cuántica, como los procesos metabólicos celulares, ya digo, como todo. La entropía es esa parte de la energía que por desorganización molecular se pierde en el proceso, en forma de calor. Cuanto mayor es la entropía de un sistema menos eficiente resulta. Por ejemplo, en los seres vivos, el momento de máxima entropía es el instante de la muerte. Así de explícito. Recordando la Segunda Ley de la Termodinámica, todo sistema de transferencia de energía se realiza siempre desde la materia más caliente hacia la mas fría, y nunca al revés, como afirma el enunciado de Clausius. Y en ese proceso se pierde energía, que se disipa . Es el resumen físico de la cuestión, y mi última reflexión sobre la frase lapidaria. A consecuencia del estado social que vivimos, esos exabruptos son el resultado de la ineficiencia del sistema global. Algo no funciona, algo pierde energía, algo es incapaz de aprovechar bien el potencial humano y su proceso dinámico. Y en ese proceso aparece la entropía que para nada sirve, y que delata la falta de ajuste del sistema que produce trabajo (evolución colectiva y sostenible en términos absolutos)
La ocurrencia agitada de esos jovenzanos, escribiendo soflamas vitriólicas en la pared, no es una acción revolucionaria, ni lo son las algaradas callejeras reactualizadas. nada de ello contiene en si mismo ninguna idea ni opción alternativa, solo son entropía. Tan solo indican que se está perdiendo el camino correcto hacia el destino eficiente de la Humanidad.
Tendremos que replantearnos bastantes cuestiones en la gran caldera del progreso mundial, o la máquina se llegará a parar.