De niño observaba de lejos la silueta del Coma Negra y el Pic de les Bruixes. Alli terminaba España y empezaba una Francia desconocida, misteriosa, vetada. Cincuenta años despues subí a ellos y por la arista de los Pirineos percibí mucho más misterio. No se cual es la razón, tal vez unos límites de la noción de la existencia. O tal vez...¿será esa mi última frontera?
Nunca llegaremos a descubrir totalmente lo que hay más allá de "nuestras" fronteras, la personal, la que -a veces- nosotros mismos nos imponemos. Quizás porque el misterio hace el camino más interesante.
ResponderEliminarSaludos.
muy acertado, Pilar
ResponderEliminarCuando nos falta la vitalidad juvenil la costumbre y el conocimiento rellenan el hueco que esta deja. Y tanto una como la otra son tentadas con facilidad por el misterio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un misterio que surge del deseo profundo.
ResponderEliminarSaludos