La política no es cosa distinta
de la vida misma. Tenemos, como políticos, lo que somos como sociedad, ya que
de ella han surgido aquellos. Italia con dos payasos, de distinta camada, en su
arco parlamentario. Será que la bota itálica atraviesa muy malos momentos en su
salud mental y se ha abandonado a un chiste fácil para distraer su profunda
empanada social que alcanza al microestado vaticano. Digamos que en esa
península clásica y otrora gloriosa se han quedado sin fuerzas para acometer
acciones restauradoras, o simplemente para plantar cara al desafío cotidiano.
Síntoma inequívoco de depresión.
En España, o lo que queda de
ella, las cosas no son muy distintas, aunque el elenco circense tenga un perfil
más adusto, más tragicómico. Si presenciamos ridículos explicatorios en el
Congreso, si los políticos catalanes invocan a santa independencia cual salve
marinera, si en Valencia aumenta el tufo de corruptelas, en Andalucía se sigue
mirando hacia otra parte mientras se recompensa con dinero público a los
mamporreros de los señoritos de la Junta,
si la izquierda institucional se desmorona como un castillo de arena a
cada ola mansa que rompe en la playa, si allí donde hayan unos euros frescos y
distraídos aparecen manos ávidas para robarlos sin nocturnidad ni alevosía,
significa que todos, todos, nos
hemos sumido en una obnubilación colectiva.
Llevamos mal camino. O
reaccionamos cada uno en su día a día, exigiendo y exigiéndonos lo correcto o
esto se nos llena de payasos políticos. Por cierto que ya asoman en el
horizonte y están haciendo el pasacalles en los supermercados, las plazas
públicas, los aledaños del Congreso, y las Universidades.
Razón tienes, pero yo a esto no le veo solución. La crisis de valores de la sociedad es tan profunda como la crisis económica ... y tenemos para muchos años. Yo me he vuelto independentista y apolítico, independentista el día de la sentencia del Estatut, que no perdonaré jamás. Apolítico porque no creo ya en ningún partido. Independentista con la vana idea de conseguir la separación de Catalunya y empezar de cero, apolítico por los mismo ... y sé que es imposible...
ResponderEliminarUn abrazo.
Pere
Gracias por tu comentario. El desánimo es general, es evidente. A esto se llega tras años de desidia colectiva, y es muy dificil recomponer el desaguisado. Las esperanzas han sido burladas.
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