Hablemos de la extirpación de un
quiste sebáceo, la operación más común en
Cirugía General, realizada bajo anestesia local y sin ingreso. ¿Una simpleza?
No. Tiene enjundia la cuestión cuando ésta se realiza en un hospital público.
Veamos.
La Señora Margarita entra en la
consulta. Viene con un volante de su Médico de Cabecera (ahora de Familia, aunque la familia se encuentre en entredicho actualmente), volante
redactado varios meses atrás. Pero llega la paciente y me muestra un “hermoso” quiste en su espalda. Redacto
una sucinta historia clínica y cumplimento la inclusión en Lista de Espera, que
mi enfermera se encarga de diligenciar. Somos 2 atendiendo a la Señora
Margarita. La hoja de inclusión en Lista de Espera llega a Admisión. Allí 1
administrativa lo introduce en el soporte informático. Ya somos 3. Pasan los
días, las semanas, algunos meses, y otra administrativa llama por teléfono a la
Sra. Margarita para comunicarle que la
han programado para extirparle en quiste sebáceo tal día a tal hora. Ya somos
4. Llega el día de intervención. Acude Doña Margarita y una auxiliar clínica la
recibe y le entrega ropa en el vestuario. Somos 5. Un celador la traslada del
vestuario al quirófano. Alcanzamos 6. Por fin llega el momento. En el quirófano
estamos enfermera quirofanista, auxiliar
clínica y cirujano, 3 más. Hasta aquí ya somos 9. Extirpamos, con éxito, el
quiste. La Sra. Margarita está encantada. Le damos un pequeño informe para su
Médico, haciendo constar que tal día la enfermera del Centro de Salud le retire
los puntos de sutura. Llegamos a 10. Pero, como todo lo que se quita en un
quirófano es preceptivo analizarlo, remitimos el quiste extirpado al Patólogo.
Somos 11. Al fin terminamos con el quiste, todos muy contentos, la Sra. Margarita
la que más. Once retribuciones, once funcionarios, once para vencer el azote de
una glándula obstruida en la piel. Así es siempre, en miles y miles de casos, cada año en nuestro país.
Esta es la secuencia
absolutamente real y verídica del proceso, y estamos hablando de uno de los más
simples. ¿Eficiencia? Esto es España y su gestión administrativa de la Sanidad.
Función Pública, como quieran llamarlo. Esto es lo que hay.
P.S. He desestimado remitir este post
al Consejero de Sanidad de mi C.A. y mucho menos a la Ministra de Sanidad.
Creerían que les cuento “un chiste sebáceo”.
Sería cómico, si no fuera real. Cuantos recursos desperdiciados que podrían emplearse mejor!! Lo peor es que es en la Sanidad ... y me temo que en casi todo, y con los tiempos que corren...
ResponderEliminarAsí es, rigurosamente cierto. Una pena, ya ves.
ResponderEliminar