martes, 1 de mayo de 2012

TRABAJO




Hoy no debería ser Fiesta, el trabajo agoniza. Algo grave ha ocurrido en las últimas décadas para que se destruyan tantos empleos y se me ocurre que ese algo es muy peligroso: hemos perdido competencia. Cosa distinta, y tan distinta, a la competitividad. El país ha sido minado por incompetentes, como si de una extraña pandemia se tratase. Y a fe que no solo lo parece sino que lo es. Me resisto a dar fórmulas para curar este mal, por que en si mismo no tiene cura, y tampoco soy experto en temas económicos, y aunque lo fuese..¿qué?, ¿conocen a algún afamado economista o financiero que sepa reconducir este caos?. No. Nadie tiene la clave para salir de este atolladero.

Algo parecido al fenómeno de la Translocación bacteriana puede haber ocurrido en España. Me explico. Cuando la flora microbiana que vive en el intestino consigue salir de su natural ubicación, sin que medie una perforación, estos gérmenes alcanzan, atravesando una pared intestinal enferma, los vasos sanguíneos, los ganglios y conductos linfáticos o la misma cavidad abdominal produciendo infecciones muy graves e incluso mortales. Llegan a donde nunca deberían llegar. Se trata de situaciones que se dan en un organismo debilitado y enfermo el cual no tiene la capacidad, o se encuentra mermada, de mantener incólumes las barreras naturales y anatómicas. Un serio problema que acarrea situaciones muy complicadas. Pues bien, algo o mucho de Translocación social ha ocurrido en nuestro país. Politicos, funcionarios, responsables financieros, pseudoprofesionales de la nada, trabajadores no cualificados, etc etc etc, han cambiado su natural ubicación, la que les correspondía en su status social, económico, y mental.. Ese resquebrajamiento de las barreras, o lo que es lo mismo: el sentido e interpretación fraudulentos de la Democracia, ha permitido que incompetentes, a cualquier nivel, modifiquen su modus vivendi en beneficio propio o del grupo saprófito que los promociona alcanzando puestos para los que nunca han estado preparados. No será el único factor, ciertamente, pero nadie ha puesto coto a ese trasiego tóxico de personas inapropiadas para la misión o el trabajo al que han sido elevados. A estas alturas, frente a una expectativa tan difícil, solo queda la heroica de revertir progresivamente esta nefanda situación para que las cosas, todas las cosas, queden en manos de gentes capaces y los impostores retornen al lugar que les corresponde, a su labor de transformar lo básico sin otros aditamentos y alli ganarse dignamente la vida. Desmontar la Fraudocracia.

Señores sindicalistas no se si gastan buena o mala leche, pero una cosa si es cierta....son ustedes cortos de entendederas. Señores del gobierno, además de esquilar al rebaño, separen las churras de las merinas, y quítenles las garrapatas.  De otra forma nos perderemos todos en los pastos agostados de la Insula Barataria.

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